¿Qué tipos de Harinas existen y para qué se utilizan?

Ante la gran cantidad de posibilidades que ofrece el mercado de la harina, veamos qué aspectos principales las diferencian.

Tipos de harinas

La harina se utiliza como ingrediente clave para elaborar recetas de alimentos dulces y salados. Hay tantas clases de harina como la cantidad de cereales que podamos imaginar.

Generalmente, distinguimos entre aquellas harinas que tienen mayor cantidad de proteína (incluido el gluten) de los que poseen un porcentaje menor. Las primeras suelen ser las más usadas en recetas donde se necesita que la masa crezca, como ocurre con los panes y los bizcochos. Otros preparados como las tartas no necesitan de esa esponjosidad y volumen, por lo que aceptan una estructura de menor fuerza. Sin embargo, cada vez más se consume harina sin gluten, sobre todo, por las personas celíacas.

Además, podemos encontrar harinas refinadas e integrales dentro de cada tipo. Las integrales son las que más cantidad de nutrientes aportan. Por otra parte, la harina BIO asegura un añadido de calidad por la forma en la que se muele el grano y la conservación total de sus niveles de fibra, vitaminas, minerales y almidón.

Usos de las harinas
Harinas con gluten

Harina de trigo

Es el tipo de harina más conocida en la cocina occidental tradicional para la fabricación de masas dulces y saladas, el rebozado de carnes y pescados, y en la elaboración del pan tradicional.


Harina de centeno

También se usa para hacer pan de masa baja o galletas saladas. Se combina con la de trigo cuando se desea que la masa gane altura. Asimismo, su sabor amargo hace que se mezcle con otras harinas en la repostería para “ocultarlo”.


Harina de espelta

Esta subespecie del trigo contiene menor cantidad de gluten, por lo que se destina a fabricar panes de mayor compactación. Por el contrario, ofrece más porcentaje de hidratos de carbono, proteínas, vitaminas, minerales y fibra, ya que la semilla de espelta se caracteriza por tener una cáscara dura y óptima para el cultivo ecológico.


Harina de avena

Es muy aconsejable para la repostería por su textura fina y su sabor suave. Por ejemplo, para elaborar papillas de cereales, galletas, magdalenas, cremas, entre otros alimentos.


Harinas sin gluten

Harina de arroz
Desde tiempos remotos se ha usado para hacer recetas de rebozados y en tempuras ya que, gracias a su falta de absorción del aceite, se consigue una capa menos calórica que la del trigo. Es una harina muy fina y blanca, que podemos elaborar pasta y alimentos de repostería como galletas, panqueques o crepes. Es especialmente óptima para espesar salsas, sopas, carnes, guisos, chocolates y otros.


Harina de algarroba
Además de poseer un perfil nutricional muy bueno, es un tipo de harina que ofrece muchos usos en la cocina del dulce por su sabor. Debido también a su apariencia, se le considera el reemplazo perfecto del cacao en polvo para hacer galletas, bizcochos, salsas, helados y otros productos de repostería.


Harina de maíz
Su tonalidad amarilla llama la atención de esta harina que se usa tanto para hacer productos dulces (bizcochos, galletas o bollos) como salados (tortillas, empanadillas o tortitas). También para espesar platos calientes como los guisos.

 


Harina de garbanzos
Tiene una apariencia y sabor singulares, y ofrece una gran cantidad de alternativas a la tradicional: rebozar y espesar salsas; hacer crepes, tortitas, bizcocho de chocolate, buñuelos o pan sin gluten; elaborar empanadillas, croquetas, hamburguesas o crema de verduras; y ser un exfoliante natural para el rostro y para todas las pieles.


Harina de quinoa
Se puede usar tanto para hacer pan, postres y dulces como para masas saladas de pizza. También es un buen ingrediente para espesar cremas y sopas.


Harina de soja
Tiene un color amarillento pálido y un ligero olor a nuez. Se usa en combinación con otras harinas para hacer pan, tortas, panqueques y pastas, así como para preparar salsas y hacer rebozados.

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